Del 11 al 13 de noviembre la provincia de Chiclayo albergará la Fiesta Muchik del Agua, el festival prehispánico más emblemático del norte peruano. Se trata de un evento cultural dedicado a custodiar la memoria colectiva y a revalorizar una tradición ancestral orientada al manejo sustentable del agua.
La tradición perdura todavía en algunos valles de la región, con el objetivo de maximizar el aprovechamiento del agua, sobre todo en zonas áridas y en temporada de escasas lluvias. La fiesta, cuya celebración se retomó en 2019, se enmarca en la Agenda 2030 y los Objetivos del Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. A lo largo de sus tres días se recrean ritos de origen ancestral que apuntan sobre todo al uso sustentable de los recursos hídricos.
El primer día, un grupo de mujeres del mar ayuda a un grupo de hombres a llenar sus cántaros, y ellos siguen la carrera de mensajeros muchik en tres itinerarios diferentes. Durante el segundo día, al amanecer se entrega el agua de mar al reservorio de Tinajones, donde todos los representantes de las huacas del valle reciben su cántaro de agua para depositarlo en su lugar sagrado. El agua es bendecida y sigue su recorrido hasta llegar a la Reserva Ecológica Chaparrí. Por la noche se realiza la “Ceremonia de los curanderos”.
Finalmente, el tercer día la ruta sigue por el corredor biológico Lambayeque-Cajamarca, hasta llegar a Tocmoche y visitar el santuario de la Virgen del Cisne. El recorrido finaliza en la laguna Mishahuanga y la fiesta concluye con la despedida nocturna en Miracosta y Tocmoche.
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