Inspirada por las increíbles imágenes que uno ve regularmente, viajamos a Amazonas, el río más largo del mundo, en un viaje fotográfico buscando imágenes que sean el reflejo de la vida salvaje.
Perú es la puerta del Amazonas, e Iquitos es el anfitrión perfecto ya que tiene todo lo que buscamos, un ambiente exquisito y exótico para nuestras fotos. Es la ciudad perfecta para recibirnos ya que se caracteriza por ser la ciudad más grande del mundo que aún no tiene carreteras, no tiene ningún acceso que no sea por aire o por agua. Esta particularidad hace que esta ciudad de más de 479 866 habitantes, según el censo del 2017, esté detenida en el tiempo y conserve la magia del auge del caucho.
Llegar a Iquitos es un viaje en el tiempo, un viaje al pasado, llegas al aeropuerto y un enjambre ruidoso de moto taxis te acompañan hasta tu alojamiento. El movimiento de la gente del río es increíble. Nosotros elegimos alojarnos sobre el Malecón para tener la vista del río y la bruma de la mañana
Imperdibles de Iquitos:
Viajar en mototaxi hasta tu hotel es una experiencia que no te puedo contar, tenes que vivirla.
Una chela bien helada en el Malecón, con vista al río.
La visita a la Casa de Fierro, popularmente llamada Casa Eiffel, es una casona prefabricada de hierro traida desde Paris y erigida en 1890 durante la fiebre del caucho. Esta se convirtió en uno de los iconos culturales de la ciudad.
El puerto y el mercado local. Si te gusta la fotografía no podes perderte estos dos iconos que juntos concentran el movimiento del pueblo y las imágenes son increíbles. El mercado puede ser un poco violento si sos conservacionista, pero nos gusta recorrer los lugares con ojos locales, entendiendo su ancestralidad,
aunque por suerte el trabajo de muchas ONGs están cambiando las formas de vida en las comunidades y apoyando la conservacion.
Y el Centro de Rescate Amazónico, rescata manatíes y otros animales. Intervienen y recuperan diferentes especies del tráfico ilegal o de personas que tienen animales como mascotas. A mi juicio una de las actividades más importantes que hace este centro, es el de la concientización, ya que con lo recaudado hacen un trabajo increíble en las comunidades, logrando así que poco a poco dejen de matar animales por creencias o leyendas o los tengan como mascotas afectando su forma de vida. Entonces antes de adentrarse en el Amazonas hay que pasar por este lugar.
Para nosotros lo más importante es irnos a la selva, llevamos 5 años trabajando en la zona con EXPEDIONES FOTOGRAFICAS, tenemos el tiempo justo y deseamos partir a la selva.
Si vas a la selva, tenés muchísimas propuestas, casas en los árboles, visita a la selva, avistaje de animales pero nosotros como fotógrafos decidimos alejarnos un poco del turismo y acercarnos a las comunidades.
La gente local nos recibe con mucho amor y con mucho agradecimiento, es hermoso ver cómo se entregan a las diferentes propuestas y al mismo tiempo abren sus hogares, ceremonias y costumbres a extraños que al cabo de un par de días serán parte de una comunidad.
La vida en la selva sigue siendo salvaje, siguen viviendo bajo las reglas de lo ancestral. Las leyendas y las creencias son parte activa de sus formas de vida. Sentarse a compartir una comida con ellos y escuchar las historias es una parte fundamental de nuestro viaje.
Sus casas sin paredes que tan solo los protege de la crecida del río y de la lluvia, abre a la vista su forma de comunidad, donde de alguna manera la selva es el verdadero hogar que los integra a todos. La selva es su deidad, su madre y religión… es a quien le piden y temen
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