Ica, una aventura hacia los orígenes del pisco

Perú, no solo es dueño de un tesoro invaluable del buen comer sino también lo es del buen beber. Sus amplios y vistosos viñedos, que se extienden por la costa peruana, guardan todo el sabor de su bebida bandera, el pisco.

De las cinco zonas productoras de este exquisito destilado, Ica es la más representativa. En esta región, ubicada al sur de Lima, es posible realizar la Ruta del Pisco que nos remonta a la llegada de las primeras cepas de vid procedentes de España, que luego echaron raíces en las fértiles tierras de lo que fuera el Virreinato del Perú, para luego llevarnos al presente, donde, con copa en mano, se puede saborear un pisco mientras se observa al horizonte el sol que ilumina los viñedos de estos fructíferos valles.

En esta región abundan los viñedos y bodegas que les abren sus puertas a los viajeros interesados en conocer el proceso de elaboración del pisco y degustar esta bebida, ya sea pura o en cócteles. Entre los más conocidos se encuentran:

Tacama, en cuyas instalaciones es posible realizar catas de pisco, así como saborear la deliciosa gastronomía peruana y disfrutar de un show de caballos peruanos de paso. Además, los visitantes pueden recorrer su encantadora y tradicional infraestructura, que es un real deleite para los ojos.

La Caravedo, considerada la destilería más antigua de América Latina, ofrece a sus visitantes recorridos por sus instalaciones que mezclan la modernidad con la tradición pisquera, donde se puede conocer de cerca todo el proceso de producción del pisco, así como degustar esta bebida espirituosa en su forma pura o en un cóctel. En esta antigua hacienda también es posible pernoctar.

La bodega Viñas Queirolo es otra opción para los viajeros. La propiedad cuenta con extensos viñedos que son recorridos durante las visitas guiadas. La visita incluye la degustación de sus piscos y vinos. Si se llega en el horario adecuado es posible disfrutar de las puestas de sol más bellas del valle. La propiedad cuenta con un hotel con todas las comodidades.

Es importante resaltar que pisco es un vocablo quechua que significa ave o pájaro, el cual tiene origen en el valle de Ica y hace referencia al distrito de Pisco, que cuenta con un puerto del mismo nombre desde el cual realizaron las primeras exportaciones de esta bebida. Por ello, el pisco cuenta con denominación de origen, avalada por 70 países.

La mayor producción de este destilado proviene de la ciudad de Ica, capital de la región, que además es cuna de la uva quebranta – la única genuinamente peruana – y una de las ocho variedades de las cuales es posible elaborar pisco.

Los tesoros turísticos de Ica

Pero si se hace la Ruta del Pisco en Ica, no se puede dejar de visitar sus principales atractivos. Uno de ellos es la Huacachina, una laguna de ensueño en medio del desierto considerada el oasis más grande de América. Rodeado de imponentes dunas, los visitantes aprovechan el increíble paisaje para tomarse fotos o hacer picnic en el desierto.

Más al sur están las míticas Líneas de Nasca, un enigma de la creación que se puede apreciar desde una avioneta o desde miradores. Estos geoglifos ubicados dentro del desierto de Nasca tienen figuras geométricas, zoomorfas y fitomorfas que pueden alcanzar los 300 metros de longitud.

Para los amantes de la naturaleza, proponemos recorrer las islas Ballestas, donde se puede apreciar la fauna marina de la zona. Los lobos marinos, parados sobre las rocas, dan la bienvenida a los viajeros, que son observados tiernamente por los pingüinos de Humboldt mientras una gran variedad de aves marinas vuelan alrededor.

Sabores que no se olvidan

También se recomienda probar la sabrosa gastronomía iqueña. Un plato tradicional es la carapulcra con sopa seca, que no es una sopa, sino un plato elaborado con fideos delgados aderezados con cebolla, ajo, tomate, comino, albahaca, ají y laurel. En tanto, la carapulcra se prepara con papas sancochadas o papa seca, cebolla, ají panca y carne de cerdo, que se combinan para crear un delicioso festín.

Y si de dulces se trata se recomienda probar las famosas tejas, cubiertas de pasta de azúcar o chocolate con relleno de manjarblanco y frutos secos.